Raices de la magia

Rastreando las raíces de la magia
La magia, la brujería y la hechicería de hoy en día remontan fácilmente algunas de sus raíces a Mesopotamia. Los mesopotámicos tenían muchas deidades específicamente para varios tipos de desastres, como Telal: Bull Demon, Utug: Morador del Desierto, Alal para la destrucción, Namtar para la peste, Idpa para la fiebre y Maskim que era la trampa.

Magia – Poder de los Dioses
Se creía que los faraones, reyes y otras personas en posiciones de poder todos estaban imbuidos de algún poder de los dioses, hasta el punto de que incluso el más mínimo movimiento que hicieran causaría que ocurriera una acción. También se creía que una imagen o estatua podía llevar el espíritu de la persona. Por esta razón, muchas imágenes y estatuas fueron llevadas de un lugar a otro y la mayoría de las imágenes o estatuas de estas personas fueron creadas con las manos hacia los costados, evitando así que causaran sucesos no deseados.

Babel – De la Tierra al Cielo
La Biblia cuenta la historia de la «Torre de Babel» y afirma que la torre nunca fue terminada. En otras referencias, sin embargo, se afirma que la «Torre» estaba de hecho terminada, y representaba las «etapas» entre la tierra y el cielo. Cada etapa estaba dedicada a un planeta, con sus ángulos simbolizando las cuatro esquinas del mundo. Señalaron a Akkad, Saburtu, Elam y las tierras occidentales. Los siete escalones de la torre estaban pintados de diferentes colores, que correspondían a los planetas. La Gran Desgracia: Saturno, era negro. El segundo era blanco, el color de Júpiter. El tercero, rojo ladrillo, el color de Mercurio, seguido del azul, Venus; amarillo, Marte, gris o plateado para la luna. Estos colores eran buenos o malos, como sus planetas.

Números en Magia
También es notable el comienzo de los números que expresan un orden mundial. Hay una leyenda que representa a Pitágoras viajando a Babilonia. En Babilonia, se le enseñan los misterios de los números, su significado mágico y su poder. Los siete pasos, mencionados en la historia de la Torre de Babel, aparecen a menudo en otros casos en la filosofía mágica, la teoría y el pensamiento. Los siete pasos comúnmente aceptados son: piedra, fuego, plantas, animales, hombre, los cielos estrellados y los ángeles. Comenzando con el estudio de las piedras, el hombre de sabiduría alcanzará grados cada vez más altos de conocimiento, hasta que sea capaz de aprehender lo sublime y lo eterno. A través de la ascensión de estos escalones, el hombre alcanzaría el conocimiento de Dios, cuyo nombre está en el octavo grado, el umbral de la morada celestial de Dios.

La Plaza de la Magia
La plaza era también un símbolo «místico» en estos tiempos, y aunque estaba dividida en siete, seguía siendo respetada como una correlación de la antigua tradición de un mundo cuádruple que se reconciliaba con los siete cielos de los tiempos posteriores. Muchos aceptan esto como el comienzo de la numerología, pero para que ésta se desarrollara hasta el punto en que la plaza representaba el mundo cuádruple, habría tenido que desarrollarse antes de esto.